Las importaciones siguen trabadas y hay 1300 empresas que recurrieron a la Justicia para salir de la parálisis
Las importaciones siguen trabadas y hay 1300 empresas que recurrieron a la Justicia para salir de la parálisis
El cambio de reglas de juego complicó la liberación de pagos para traer bienes a la Argentina. A la situación cambiaria se sumó la incertidumbre sobre los precios que generó la renuncia de Martín Guzmán.
Desde el 27 de junio la importación está casi paralizada. Mientras los bancos se adaptan para cumplir con la nueva normativa del Banco Central, los importadores están desesperados y temen por sus fuentes de trabajo, sus clientes y su producción.
Según los importadores, los bancos tienen trabadas las operaciones incluso anteriores a la nueva normativa del Central, que estableció cupos más restrictivos para importar y diferimiento de pagos para muchos productos.
Las entidades financieras tuvieron que adaptar sus sistemas a la nueva normativa que, según fuentes oficiales, ya está activo y funcionando sin problemas. El inconveniente, explicaba a este medio un abogado aduanero, es que los bancos están pidiendo categorías de declaración SIMI (licencias) de tipo “A”, es decir, las que aseguran que la compra se está efectuando dentro del cupo, aun cuando fuera aprobada antes de las nuevas restricciones.
El Gobierno anunció un nuevo régimen de importaciones, ante la caída de reservas (Foto: Télam).
Por el momento, según fuentes del sector privado importador, hay 1300 empresas que elevaron medidas cautelares a la Justicia en los últimos dos años para poder importar. Pero hoy una sentencia judicial tampoco asegura que se puedan conseguir los dólares para traer bienes del exterior.
Megacepo: las empresas están preocupadas por el trabajo y la producción
El panorama para las empresas que dependen de la importación para poder operar -la mayoría de las industrias y varios comercios- es sombrío. Una compañía que se dedica a las baterías asegura que no tuvo aprobaciones de licencias para traer productos al país en todo junio y que la empresa está virtualmente parada y solo cumpliendo con sus distribuidores más fidelizados.
Al cepo cambiario se le sumó la incertidumbre de precios de los últimos días por la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía. Los importadores ven que la brecha entre el dólar mayorista y los dólares libres es cada vez mayor y no saben a qué tipo de cambio podrán volver a ingresar productos, por lo que tampoco saben a qué valor vender.
Los sectores más afectados por este combo, señalaban los abogados aduaneros, son los de neumáticos, automotrices, muebles, textiles, calzado y luminarias.
Otro abogado de uno de los estudios más importantes de la Argentina asegura que recibió infinidad de consultas en los últimos días. “Algunos quieren ir por el lado de la medida cautelar y otros por la vía de pedirle el consentimiento al Banco Central para importar”, señalaba.
Las denuncias de las compañías por las trabas para importar
Esta semana se conoció el caso de una compañía de distribución de energía y telecomunicaciones que le envió una carta al Banco Central con una advertencia: si no puede importar el cobre habrá interrupción en sus servicios. La carta fue publicada por el periodista Ramón Indart. TN intentó comunicarse con la compañía, pero no obtuvo respuesta.
Otro caso resonante, esta vez del mes pasado, fue el de Ionar SA, una pyme que no podía importar insumos por US$6600, un monto chico que iba a generar millones de dólares de exportación.
El Banco Central anunció un nuevo régimen de importaciones (Télam).
La situación ahora es peor, señaló Amado Cabo, representante de la compañía: asegura que una parte de lo que quieren ingresar al país no tiene fecha de entrada y que, para peor, la otra mitad no tiene cotización por parte del proveedor de Estados Unidos. En pocas palabras, se complicó el vínculo comercial por las novedades que llegaron desde la Argentina.
El Banco Central y el Ministerio de Desarrollo Productivo trabajan en tándem para “administrar la escasez”. Las dos instituciones están en comunicación con las cámaras de los distintos sectores para evitar situaciones límite que puedan llevar a una parálisis de la producción o el empleo. Pero, a pesar de las intenciones, la incertidumbre entre los empresarios pesa en la actividad diaria.
Fuente : TN
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