Día del Soldado Argentino: por qué se celebra el 3 de junio
Día del Soldado Argentino: por qué se celebra el 3 de junio
Desde 1994 se instauró la efeméride a través de la Ley Nacional 24.323.
Cada 3 de junio se celebra el Día del Soldado Argentino, conmemoración sancionada mediante la Ley N°24.323 de 1994, en honor al nacimiento del general Manuel Belgrano, en el año 1770. El artículo 3 de la ley indica: “A los fines de esta ley, se considera soldado sobresaliente al ciudadano que, durante la prestación del servicio militar obligatorio, se hubiera destacado por su moral, ética, espíritu de sacrificio, contracción al trabajo, camaradería y compromiso con los ideales republicanos, valores todos que identifican al General Manuel Belgrano”.
Desde entonces se rinde honor a los soldados que defienden los intereses de la Nación, contribuyen con su desarrollo científico, tecnológico, económico y social; y cooperan con el bienestar general de sus habitantes.
Homenaje al creador de la Bandera
Manuel Belgrano (1770-1820) no solo fue el creador de la Bandera Nacional sino que encabezó el ejército triunfador en las batallas de Tucumán y Salta (1812-1813), el éxodo jujeño como también tuvo las derrotas de las batallas de Vilcapugio y Ayohuma.
A pesar de eso no deja de ser un brillante militar y cabe destacar que fue militar por necesidad de la patria y la situación que se estaba viviendo en estas tierras, no por carrera militar estudiada como si lo era, por ejemplo, el General José de San Martín.
Los soldados son personas que se unen voluntariamente a las fuerzas de protección de una nación, pasando por un período de adiestramiento en el cual se le enseña defensa personal, buena convivencia en grupo, obediencia a sus superiores, uso de armamento, además de un arduo entrenamiento físico y mental para poder sobrellevar todas las consecuencias de estar en un campo de batalla. En este día tan especial se homenajea a todos los que defienden la patria diariamente con solvencia e idoneidad profesional.
Nacimiento de Manuel Belgrano
En el libro parroquial de bautismos de la Iglesia Catedral de Buenos Aires, iniciado en 1769 y concluido en 1775, se lee al final de la página 43: “En 4 de junio de 1770, el señor doctor don Juan Baltasar Maciel canónigo magistral de esa santa iglesia Catedral, provisor y vicario general de este obispado, y abogado de las reales audiencias del Perú y Chile, bautizó, puso óleo y crisma a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús, que nació ayer 3 del corriente: es hijo legítimo de don Domingo Belgrano Pérez y de doña Josefa González: fue padrino D. Julián Gregorio de Espinosa”.
Manuel Belgrano fue el cuarto hijo de un matrimonio que tuvo ocho varones y tres mujeres. El padre, Domingo Belgrano y Peri, era genovés y había llegado al Plata en 1751. En Buenos Aires prosperó; obtuvo la naturalización; integró el núcleo de comerciantes importantes; se casó en 1757 con doña María Josefa González Casero -de antiguo arraigo en la ciudad-, y dio a su numerosa familia, educación esmerada y vida cómoda. Los hijos correspondieron a la solicitud de los padres: sirvieron al Estado en la milicia, en la administración o el sacerdocio, con dedicación y brillo.
Después de cursar el Real Colegio de San Carlos, fue a Europa a continuar sus estudios en Salamanca, Valladolid y Madrid. En 1792 se graduó de abogado en la capital de España donde al año siguiente recibió el nombramiento de secretario perpetuo del Consulado de Buenos Aires. En este cargo defendió la libertad de comercio, creó la Escuela de Náutica y de comercio, estimuló la agricultura.
En 1806 y 1807 combatió contra los ingleses y tomó partido junto a Liniers y los criollos. Secretario de la Primera Junta de Gobierno, estuvo al frente de la Expedición al Paraguay y al Alto Perú. Luego la creación de la Bandera, la amargura de la derrota en Vilcapugio y Ayohuma y la gloria de Salta y Tucumán.
Murió en Buenos Aires, en la pobreza, el 20 de junio de 1820, a las siete de la mañana. El general Mitre expresó respecto de la personalidad de Belgrano: “Jamás una gloria más pura ni más modesta se habrá modelado en el bronce de la inmortalidad”.
Fuente Nota PRIMERA EDICION
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