Nación distribuirá $10.500 millones en subsidios y exige poner la SUBE Nacional
Nación distribuirá $10.500 millones en subsidios y exige poner la SUBE Nacional
La resolución del ministro de Transportes de la Nación, Mario Meoni, condiciona la recepción de los subsidios millonarios a la implementación, antes de fin de año, del Sistema a ciudades como Posadas.
Nota Por Primera Edición
El Gobierno nacional aceptó el pedido de las provincias como Misiones y publicó la resolución 196/2020 con la firma del massista ministro de Transportes Mario Meoni, por la cual distribuirá subsidios por $10.500 millones bajo la denominación de “Fondo COVID de compensación al transporte público de pasajeros automotor urbano y suburbano del interior del país”.
En la misma normativa, que tiene fecha del jueves 3 de septiembre pasado, el Gobierno nacional vuelve a dejar sentado en documentos la exigencia de implementar el Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) Nacional, en las provincias que reciban el Fondo COVID. Una “exigencia” similar que -en la práctica- suele durar pocos días, tal como sucedió con los ministros Florencio Randazzo, el procesado Guillermo Dietrich y ahora con el mismo Meoni.
El titular de Transportes en funciones, apenas asumió, lanzó firme el reclamo a las ciudades alcanzadas por la obligatoriedad (como Posadas). Sin embargo, al día siguiente de su declaración radial dijo que las empresas, la Nación y las jurisdicciones no tenían recursos para pagar las máquinas. Y nuevamente quedaron sin beneficiarse los miles de usuarios misioneros.
Cabe recordar que Misiones pidió al presidente Alberto Fernández que se incremente un 35% más los subsidios al transporte donde el principal y mayoritario beneficiario es el Grupo Z.
Además de la tierra colorada, recibirán una parte de los $10.500 millones las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Santiago del Estero, Santa Cruz, Río Negro, Salta, San Luis, San Juan, Santa Fe, Tierra del Fuego y Tucumán.
De ese lote, no tienen la SUBE Nacional Misiones, Salta, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán.
Un intento más
La tarjeta SUBE Nacional comenzó a instalarse en las grandes ciudades en 2011 con dos objetivos: unificar un pago electrónico en todo el país con la compra y recarga de crédito de fácil utilización, con descuentos importantes; y la posibilidad de ejercer un control sobre cantidad de boletos vendidos, choferes que trabajan, frecuencias y recorridos de los colectivos de las diferentes empresas para la determinación de los multimillonarios subsidios. Nueve años después, por la resistencia del Grupo Z, nunca llegó a Posadas que es la ciudad que debería tenerla funcionando.
Durante la gestión de Mauricio Macri, a fines de 2018 se obligó a los municipios a firmar los convenios pero no se avanzó ya que la Nación quitó los subsidios y las provincias entendieron que no había razón de traer la SUBE Nacional cuando no recibirían recursos.
En 2019, con la jura de Alberto Fernández, volvió el apoyo financiero y fue entonces que el ministro Meoni lanzó un “ultimátum” a los “rebeldes” del sistema pero duró apenas unas horas. Tras congelar las tarifas por la difícil situación económica de los argentinos, dejó sin efecto la obligatoriedad.
En Misiones, por iniciativa propia, la única que lo implementa es Río Uruguay en el servicio de Apóstoles.
Ahora, tras nueve meses de gestión y con el convenio de los subsidios vencido, Meoni ratifica que habrá dinero para las empresas y vuelve a escribir que será requisito tener la SUBE para recibir fondos nacionales. Para ello, les fija un plazo hasta diciembre para “los actos administrativos”.
¿Esta vez será la vencida para beneficiar a los pasajeros locales?
En el artículo 10 inciso “e” de la resolución establece que “… a los fines de acceder y mantener el derecho a la percepción de las compensaciones conforme al procedimiento de distribución establecido en la presente resolución, las jurisdicciones provinciales deberán observar las siguientes condiciones: los Estados provinciales y municipales deberán suscribir, conjuntamente con las empresas de transporte bajo sus jurisdicciones, un compromiso de adhesión e implementación del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE), el que será anexado a las Adendas, como así también aprobar durante el presente año calendario las normas y actos administrativos necesarios para su instrumentación”.
Antes de finalizar su gestión, el intendente Joaquín Losada había firmado el convenio con la Nación, por lo cual la implementación podría llegar antes a la capital misionera.
Boletos congelados
En otro orden, en la misma resolución 196/2020 del ministro Meoni, se estableció que “las jurisdicciones beneficiarias deberán mantener las tarifas correspondientes a sus servicios públicos urbanos y suburbanos de pasajeros que estuvieran vigentes al momento de la suscripción del Segundo Convenio e invitar a los municipios de su ejido territorial a adherir a la referida política tarifaria durante su vigencia”.
De respetarse esa cláusula, el Grupo Z vería naufragar sus constantes intentos de “boletazos” en perjuicio de los usuarios. Algo similar -aunque no cuentan con tres fuentes de subsidios millonarios- sucederá con las otras empresas prestatarias del transporte urbano e interurbano.
Clamor popular
Además de juntarse firmas para que en el área metropolitana se habilite la competencia de empresas para prestar el servicio del transporte integrado, los vecinos vienen juntando desde hace años adhesiones para la llegada de la SUBE Nacional. Incluso sin el apoyo del (in) defensor del Pueblo de Posadas, Alberto Penayo.
Entre sus destacadas cualidades, la SUBE Nacional utiliza un sistema de GPS que monitorea el movimiento del colectivo, y el expendio de los boletos lo cual permite determinar con mayor precisión el monto de los aportes que precisan las empresas.
Además ofrece la Tarifa Social aplicada con ANSeS, brindando descuentos de hasta un 55% en las provincias adheridas, que puede ser pedida por los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y Asignación por Embarazo; Becas Progresar; Hacemos Futuro; Monotributo social; y personal de servicio doméstico, entre otros.
Algo muy práctico: las tarjetas de la SUBE Nacional se compran sin necesidad de registrarse hasta con fotografía y otros datos personales como lo exige el sistema misionero.
La tarjeta nacional permite que un pasajero pueda acceder a descuentos, en las ocasiones en las que necesita realizar varias combinaciones de frecuencias, dentro de un determinado lapso de tiempo. En 2 horas se pueden hacer hasta 6 viajes con 5 combinaciones de transporte.
Así, en el primer viaje se paga la tarifa completa. En el segundo viaje, el valor se reduce a la mitad. Mientras que a partir del tercer viaje se abona la tercera parte del precio. Estos descuentos aplican siempre que los viajes sean hechos dentro de un plazo de 2 horas. El ciclo no tiene límites de reiteraciones por día.
Por otra parte, en la mayoría de las ciudades el propietario de una tarjeta puede abonar diferentes boletos en el mismo colectivo si desea viajar con acompañantes.
Sin embargo, esto no es permitido con el uso de la SUBE misionera, que delimita el pase de la tarjeta a una sola persona, mientras que los que no posean un plástico propio son obligados a abonar el precio diferencial con un elevado recargo.
Esta situación genera diversos inconvenientes para los visitantes o familiares que están de paso por la ciudad, también para los contingentes de turistas, que deben optar por gestionar una tarjeta, aunque estén solamente por escasos días, o pagar la tarifa única en efectivo con recargo en cada viaje.
Y, por citar un beneficio más, las recargas se pueden hacer online sin la necesidad de ir a un centro establecido como en el caso del SUBE Misionero.
Nota Por Primera Edición
La resolución del ministro de Transportes de la Nación, Mario Meoni, condiciona la recepción de los subsidios millonarios a la implementación, antes de fin de año, del Sistema a ciudades como Posadas.
Nota Por Primera Edición
El Gobierno nacional aceptó el pedido de las provincias como Misiones y publicó la resolución 196/2020 con la firma del massista ministro de Transportes Mario Meoni, por la cual distribuirá subsidios por $10.500 millones bajo la denominación de “Fondo COVID de compensación al transporte público de pasajeros automotor urbano y suburbano del interior del país”.
En la misma normativa, que tiene fecha del jueves 3 de septiembre pasado, el Gobierno nacional vuelve a dejar sentado en documentos la exigencia de implementar el Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) Nacional, en las provincias que reciban el Fondo COVID. Una “exigencia” similar que -en la práctica- suele durar pocos días, tal como sucedió con los ministros Florencio Randazzo, el procesado Guillermo Dietrich y ahora con el mismo Meoni.
El titular de Transportes en funciones, apenas asumió, lanzó firme el reclamo a las ciudades alcanzadas por la obligatoriedad (como Posadas). Sin embargo, al día siguiente de su declaración radial dijo que las empresas, la Nación y las jurisdicciones no tenían recursos para pagar las máquinas. Y nuevamente quedaron sin beneficiarse los miles de usuarios misioneros.
Cabe recordar que Misiones pidió al presidente Alberto Fernández que se incremente un 35% más los subsidios al transporte donde el principal y mayoritario beneficiario es el Grupo Z.
Además de la tierra colorada, recibirán una parte de los $10.500 millones las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Santiago del Estero, Santa Cruz, Río Negro, Salta, San Luis, San Juan, Santa Fe, Tierra del Fuego y Tucumán.
De ese lote, no tienen la SUBE Nacional Misiones, Salta, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán.
Un intento más
La tarjeta SUBE Nacional comenzó a instalarse en las grandes ciudades en 2011 con dos objetivos: unificar un pago electrónico en todo el país con la compra y recarga de crédito de fácil utilización, con descuentos importantes; y la posibilidad de ejercer un control sobre cantidad de boletos vendidos, choferes que trabajan, frecuencias y recorridos de los colectivos de las diferentes empresas para la determinación de los multimillonarios subsidios. Nueve años después, por la resistencia del Grupo Z, nunca llegó a Posadas que es la ciudad que debería tenerla funcionando.
Durante la gestión de Mauricio Macri, a fines de 2018 se obligó a los municipios a firmar los convenios pero no se avanzó ya que la Nación quitó los subsidios y las provincias entendieron que no había razón de traer la SUBE Nacional cuando no recibirían recursos.
En 2019, con la jura de Alberto Fernández, volvió el apoyo financiero y fue entonces que el ministro Meoni lanzó un “ultimátum” a los “rebeldes” del sistema pero duró apenas unas horas. Tras congelar las tarifas por la difícil situación económica de los argentinos, dejó sin efecto la obligatoriedad.
En Misiones, por iniciativa propia, la única que lo implementa es Río Uruguay en el servicio de Apóstoles.
Ahora, tras nueve meses de gestión y con el convenio de los subsidios vencido, Meoni ratifica que habrá dinero para las empresas y vuelve a escribir que será requisito tener la SUBE para recibir fondos nacionales. Para ello, les fija un plazo hasta diciembre para “los actos administrativos”.
¿Esta vez será la vencida para beneficiar a los pasajeros locales?
En el artículo 10 inciso “e” de la resolución establece que “… a los fines de acceder y mantener el derecho a la percepción de las compensaciones conforme al procedimiento de distribución establecido en la presente resolución, las jurisdicciones provinciales deberán observar las siguientes condiciones: los Estados provinciales y municipales deberán suscribir, conjuntamente con las empresas de transporte bajo sus jurisdicciones, un compromiso de adhesión e implementación del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE), el que será anexado a las Adendas, como así también aprobar durante el presente año calendario las normas y actos administrativos necesarios para su instrumentación”.
Antes de finalizar su gestión, el intendente Joaquín Losada había firmado el convenio con la Nación, por lo cual la implementación podría llegar antes a la capital misionera.
Boletos congelados
En otro orden, en la misma resolución 196/2020 del ministro Meoni, se estableció que “las jurisdicciones beneficiarias deberán mantener las tarifas correspondientes a sus servicios públicos urbanos y suburbanos de pasajeros que estuvieran vigentes al momento de la suscripción del Segundo Convenio e invitar a los municipios de su ejido territorial a adherir a la referida política tarifaria durante su vigencia”.
De respetarse esa cláusula, el Grupo Z vería naufragar sus constantes intentos de “boletazos” en perjuicio de los usuarios. Algo similar -aunque no cuentan con tres fuentes de subsidios millonarios- sucederá con las otras empresas prestatarias del transporte urbano e interurbano.
Clamor popular
Además de juntarse firmas para que en el área metropolitana se habilite la competencia de empresas para prestar el servicio del transporte integrado, los vecinos vienen juntando desde hace años adhesiones para la llegada de la SUBE Nacional. Incluso sin el apoyo del (in) defensor del Pueblo de Posadas, Alberto Penayo.
Entre sus destacadas cualidades, la SUBE Nacional utiliza un sistema de GPS que monitorea el movimiento del colectivo, y el expendio de los boletos lo cual permite determinar con mayor precisión el monto de los aportes que precisan las empresas.
Además ofrece la Tarifa Social aplicada con ANSeS, brindando descuentos de hasta un 55% en las provincias adheridas, que puede ser pedida por los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y Asignación por Embarazo; Becas Progresar; Hacemos Futuro; Monotributo social; y personal de servicio doméstico, entre otros.
Algo muy práctico: las tarjetas de la SUBE Nacional se compran sin necesidad de registrarse hasta con fotografía y otros datos personales como lo exige el sistema misionero.
La tarjeta nacional permite que un pasajero pueda acceder a descuentos, en las ocasiones en las que necesita realizar varias combinaciones de frecuencias, dentro de un determinado lapso de tiempo. En 2 horas se pueden hacer hasta 6 viajes con 5 combinaciones de transporte.
Así, en el primer viaje se paga la tarifa completa. En el segundo viaje, el valor se reduce a la mitad. Mientras que a partir del tercer viaje se abona la tercera parte del precio. Estos descuentos aplican siempre que los viajes sean hechos dentro de un plazo de 2 horas. El ciclo no tiene límites de reiteraciones por día.
Por otra parte, en la mayoría de las ciudades el propietario de una tarjeta puede abonar diferentes boletos en el mismo colectivo si desea viajar con acompañantes.
Sin embargo, esto no es permitido con el uso de la SUBE misionera, que delimita el pase de la tarjeta a una sola persona, mientras que los que no posean un plástico propio son obligados a abonar el precio diferencial con un elevado recargo.
Esta situación genera diversos inconvenientes para los visitantes o familiares que están de paso por la ciudad, también para los contingentes de turistas, que deben optar por gestionar una tarjeta, aunque estén solamente por escasos días, o pagar la tarifa única en efectivo con recargo en cada viaje.
Y, por citar un beneficio más, las recargas se pueden hacer online sin la necesidad de ir a un centro establecido como en el caso del SUBE Misionero.
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