El 25% de los europeos preferiría ser gobernado por robots
Uno de cada cuatro europeos preferiría que algunas decisiones políticas estuvieran en manos de un sistema de inteligencia artificial. Más específicamente, aquellas que resulten importantes para la administración y gestión de su país. El dato surge de un informe publicado por el Centro para la Gobernanza del Cambio de la Universidad IE.
En algunos países el número es aún mayor: en Holanda, el 43% de los ciudadanos se inclinaría por esta opción; en tanto que en Alemania y el Reino Unido, el porcentaje es del 31%. ¿Podrían los cerebros digitales convertirse en los futuros dirigentes políticos?
Cabe recordar que en abril de 2018, un robot llamado Michihito Matsuda se presentó como candidato para las elecciones de alcalde en Tama, un distrito de Tokio, en Japón. Su promesa durante la campaña fue ser un robot justo e imparcial. No ganó pero quedó en tercer lugar.
Sophia, el primer robot en obtener una ciudadanía (ITU Pictures)
En Portugal, por ejemplo, ya tienen su primer robot funcionario. Según anunciaron el año pasado, Lola, tal como se llama este androide, trabajará en una oficina de atención al ciudadano y ayudará a facilitar los trámites.
Lo curioso de la encuesta de la IE es que, así como los europeos se inclinan por los algoritmos a la hora de pensar en funcionarios y política, también se declaran, en su mayoría (un 56% de los consultados) preocupados por el avance tecnológico y su impacto en el mercado del trabajo.
De hecho, creen que los gobiernos deberían tomar medidas para evitar que se sigan perdiendo empleos a raíz del avance de la inteligencia artificial. El 67% dijo que aquellas compañías que eliminen empleos para reemplazar a humanos por máquinas deberían pagar impuestos extra.
En 71%, a su vez, cree que las compañías deberían apoyar a aquellas personas que pierden su empleo por este motivo. Otros proponen medidas más intervencionistas y creen que los gobiernos tendrían que limitar el número de empleos que las empresas puedan automatizar. Y un 74% incluso cree que las organizaciones deberían utilizar máquinas tan solo para tareas que son peligrosas o poco saludables para los humanos.
Otro de los puntos que preocupa a los ciudadanos es que creen que el sistema educativo no los está preparando para adaptarse a los nuevos desafíos que propone el avance tecnológico de la llamada cuarta revolución industrial.
En Portugal, por ejemplo, ya tienen su primer robot funcionario. Según anunciaron el año pasado, Lola, tal como se llama este androide, trabajará en una oficina de atención al ciudadano y ayudará a facilitar los trámites.
Lo curioso de la encuesta de la IE es que, así como los europeos se inclinan por los algoritmos a la hora de pensar en funcionarios y política, también se declaran, en su mayoría (un 56% de los consultados) preocupados por el avance tecnológico y su impacto en el mercado del trabajo.
De hecho, creen que los gobiernos deberían tomar medidas para evitar que se sigan perdiendo empleos a raíz del avance de la inteligencia artificial. El 67% dijo que aquellas compañías que eliminen empleos para reemplazar a humanos por máquinas deberían pagar impuestos extra.
En 71%, a su vez, cree que las compañías deberían apoyar a aquellas personas que pierden su empleo por este motivo. Otros proponen medidas más intervencionistas y creen que los gobiernos tendrían que limitar el número de empleos que las empresas puedan automatizar. Y un 74% incluso cree que las organizaciones deberían utilizar máquinas tan solo para tareas que son peligrosas o poco saludables para los humanos.
Otro de los puntos que preocupa a los ciudadanos es que creen que el sistema educativo no los está preparando para adaptarse a los nuevos desafíos que propone el avance tecnológico de la llamada cuarta revolución industrial.
Fuente Infobae
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