Scarlett Johansson en Buenos Aires: "Déjenla en paz a Cristina, es un amor"
"Es increíble lo pasional que es el argentino. Apenas llegué a Ezeiza me encontré con el cariño de la gente que no paró de acercarse para pedirme selfies y que les firmara autógrafos", cuenta una sorprendida Scarlett Johansson, quien llegó a nuestro país con tres objetivos muy claros: descansar unos días luego de filmar la ultima película de la saga de Avengers, conocer a Cristina Kirchner "a quien admiro por su lucha desinteresada por los humildes" y de paso recorrer locaciones para su próxima película.
"Estoy encarando una producción distinta, independiente, que cuenta la vida cotidiana de una familia tipo, en un lugar devastado por la miseria. Estaba a punto de cerrar contrato para filmar en Sudán del Sur y me hablaron de La Matanza. Luego de comprobar esta semana cómo viven más de 2 millones de personas en este municipio del Conurbano, enterarme delbono navideño de 18 mil pesos que revolearon Magario y Espinoza y escuchar su plan para el futuro, no me quedaron dudas: lo de Sudán aún tiene arreglo. Así que me verán nuevamente en el 2019, porque voy a filmar acá", explicó.
“Le pregunté a Cristina si era consciente de que estaban rifando el único lugar donde ganó cómoda en el 2017 y me dijo que confía plenamente en la derrota de Magario por 70% de diferencia contra María Eugenia, pero que igual ella va a ser presidenta”
Si bien el viaje de la estrella de Hollywood obedece a unas merecidas vacaciones, el real time de la política tocó a su puerta y no le quedó otra que opinar acerca del procesamiento con prisión preventiva y el embargo de 1500 millones de pesos que la ex presidenta sufrió esta semana de parte de la Cámara Federal por la causa de los cuadernos. "Estamos en una época donde los abusos están saliendo a la luz y este es un caso muy claro de hostigamiento hacia una mujer que supo acumular poder y lo ejerció con firmeza en un ámbito donde el patriarcado dominó la escena históricamente. Nunca se lo van a perdonar, al igual que a Evita", comentó Scarlett mientras miraba antigüedades en un local de San Telmo.
Intentando entender qué la une a Cristina Kirchner, confiesa un dato revelador: "Mi abuelo Bengt Johansson era Teniente Coronel de la Forsvarsmakten (las fuerzas armadas suecas) y un ferviente admirador de Juan Domingo Perón, a quien llegó a conocer en 1954, poco tiempo antes de la Revolución Libertadora. Mi abuelo paterno repetía que ese golpe de Estado fue el principio del fin de la revolución socialista en el mundo, porque el General tenía una visión de igualdad impensada para la época, que Suecia nunca pudo replicar por más que aparente ser de avanzada".
Scarlett fue a cenar a “Las pizarras Bistró” un lugar muy bien catalogado por la crítica gastronómica. Nadie quiso dar detalles, aunque se filtró que degustaron platos típicos y tomaron Malbec argentino
El detalle que ningún medio levantó es que en dicho restaurante se cruzó con una figura del medio local -activa participante del colectivo de actrices argentinas- lo que hizo inevitable que se tocara el caso Thelma Fardín. La postura de la actriz nacida hace 34 años en Nueva York, proveniente de una familia sueca, con todo lo que eso implica a la hora de opinar sobre derechos humanos, fue contundente: "El turro de Darthés no sólo se escapó a Brasil como rata por tirante en un vuelo desde Rosario, sino que la causa la tiene en el país que está gobernado por Daniel Ortega, acusado de haber violado a su hijastra desde los 11 años, entre una decena de denuncias".
Invadida por la angustia, aprovechó un instante para tomar un sorbo de agua con gas y arremetió con todo. "Si a esto le agregamos que aprovecha su ciudadanía brasileña para evitar la extradición, seguramente avalado por Bolsonaro, este sujeto tiene la libertad asegurada. Lo que le recomiendo es no pisar Florianópolis porque algún argentino lo va a desnucar tirándole una heladerita térmica por la cabeza".
“Argentina está en un momento político muy interesante donde distintas facciones del peronismo pueden confluir en un frente común”, comenta una comprometida Scarlett. “Mi abuelo admiraba eso del peronismo: la capacidad que tienen de odiarse entre sí, pero igual armar equipo”
La cruzamos en Ezeiza y nos llamó la atención su humildad a pesar de ser una estrella mundial. Coincidimos en el restaurante de Palermo y descubrimos su sensibilidad a flor de piel. En la recorrida por San Telmo nos sorprendió la cercanía que tiene con nuestro país y ahora entrando a la intendencia de La Matanza para reunirse con Verónica Magario con el objetivo de rodar su nueva película en el municipio más poblado del Conurbano, se revela como una aguda analista de la actualidad local: "Que dos bloques peronistas unan fuerzas en el Congreso para frenar cualquier avance del país, lo veo como algo normal ya que esa es la máxima del Partido Justicialista: impedir para volver, así pueden seguir impidiendo. Generando de esta manera un círculo vicioso del cual la sociedad no puede salir nunca. Lo que me sorprendió es que un dirigente joven como Sergio Massa, a quien veía muy bien perfilado luego de los cursos de oratoria, seseo y de sostenimiento de la mirada de manera convincente, diga que si le toca liderar, liderará; y si tiene que dar un paso hacia el costado o hacia atrás, lo dará. No entiendo la jugada. Es como si se hubiera quedado sin auspiciantes".
El encuentro y la sintonía que existe entre ambas mujeres, a quienes las une el amor por la actuación y el teatro: “Cuando la vi a Cristina me emocioné, porque para mí es la Meryl Streep de la política. Sus cadenas nacionales las estudian en el Actors Studio”
A raíz de la visita de Scarlett Johansson, volvimos a ver El huevo de la serpiente, de Ingmar Bergman, desempolvamos clásicos de la literatura escandinava e intentamos entender el valor que se le otorga en occidente a un premio como el Nobel, obtenido por varios argentinos como César Milstein o Luis Federico Leloir o Adolfo Pérez Esquivel. Un premio que incluso le fue esquivo durante toda su vida a uno de los exponentes mas exquisitos de la literatura contemporánea: Jorge Luis Borges. El mismo Borges que, irónicamente, estaba convencido de que en escandinavia no hay crímenes por tratarse de países cuya clase media pensante domina la escena. Es sabido que a Jorge Luis siempre le interesó la política y, alentado por ese desprecio que el peronismo siempre mostró por la clase media argentina, el escritor porteño que eligió fallecer en Suiza, le dedicó gran parte de sus críticas. Cierto día, un joven lo ayudó a cruzar la calle y le reconoció, entre disculpas, que era peronista. A lo que él respondió: "No se preocupe, hombre, yo también soy ciego". Felices fiestas para todos y todas.
A raíz de la visita de Scarlett Johansson, volvimos a ver El huevo de la serpiente, de Ingmar Bergman, desempolvamos clásicos de la literatura escandinava e intentamos entender el valor que se le otorga en occidente a un premio como el Nobel, obtenido por varios argentinos como César Milstein o Luis Federico Leloir o Adolfo Pérez Esquivel. Un premio que incluso le fue esquivo durante toda su vida a uno de los exponentes mas exquisitos de la literatura contemporánea: Jorge Luis Borges. El mismo Borges que, irónicamente, estaba convencido de que en escandinavia no hay crímenes por tratarse de países cuya clase media pensante domina la escena. Es sabido que a Jorge Luis siempre le interesó la política y, alentado por ese desprecio que el peronismo siempre mostró por la clase media argentina, el escritor porteño que eligió fallecer en Suiza, le dedicó gran parte de sus críticas. Cierto día, un joven lo ayudó a cruzar la calle y le reconoció, entre disculpas, que era peronista. A lo que él respondió: "No se preocupe, hombre, yo también soy ciego". Felices fiestas para todos y todas.
Fuente infobae
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