Como ya no se darán más computadoras a los estudiantes, una experta propone aprovechar el potencial de los smartphones.

La entrega de netbooks a los alumnos de primer año del secundario en todas las escuelas públicas del país, a través del programa Conectar Igualdad, quedó en el pasado. Ahora, tras la firma del decreto 386/2018 el gobierno nacional creó el programa Aprender Conectados, que modifica la propuesta creada durante el gobierno kirchnerista y dispone dotar de equipamiento tecnológico a los establecimientos educativos y no a los chicos.

Para Graciela Bertancud, presidenta de la Fundación Tomás Alva Edison, dedicada a la inclusión saludable de las nuevas tecnologías, el plan Conectar Igualdad es uno de los mejores que ha tenido la educación en cuanto de inclusión digital.

“Se trata de un proyecto muy valioso que tuvo por objetivo de incluir a 6 millones de jóvenes y que acercó a los docentes a la tecnología", remarcó. Pero a su vez reconoció que se trató de una iniciativa muy costosa y que los recursos son finitos.

"Por eso frente a estas situación donde el estado no puede comprar más computadoras para cada alumno, tenemos que pensar en nuevos modelos utilizando, por ejemplo, los Smartphones", manifestó la experta.

En ese sentido aseguró que se puede trabajar la alfabetización digital con estos dispositivos. "Si bien los celulares parecen una cuestión de diversión, tienen en sí mismo un montón de aplicaciones de aprendizaje, por lo que es fundamental empezar a trabajar en las escuelas con protocolos de acción y cambiar esta idea tajante de prohibir estos aparatos", aseguró.

Lo que debería garantizar el estado, para Bertancud, es la conectividad en los establecimientos y que cada docente siga teniendo una computadora en su escritorio.

Celular en el aula

En nuestra provincia, ya hay iniciativas escolares que proponen un cambio de mirada con respecto al celular. Desde 2016 en la escuela José Vicente Zapata llevan adelante el proyecto “Hiperconectados” que integra el celular como una herramienta más de aprendizaje.

Para concretarlo primero realizaron una encuesta sobre los usos que los alumnos le daban los chicos a estos dispositivos. Luego convocó a los docentes, padres y alumnos y entre todos elaboraron normas de convivencia a la hora de incluir los celulares en el aula. Entre los puntos destacados del reglamento surgió, por ejemplo, que el celular se puede utilizar sólo con fines pedagógicos, cuando el profesor lo autorice y que no se permite sacar fotos en la escuela cuando éstas no estén autorizadas.
fuente los andes.com.ar

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